sábado, 8 de enero de 2011

Los cruzados siguen dando guerra

En un capricho arquitectónico, que roza lo mágico, al mirar por el ojo de la cerradura de la gran puerta de acceso a la Villa del Priorato de Malta, situada en la Plaza de los Caballeros de Malta en el Aventino romano, puede verse la cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano.
Esta villa es la embajada ante Italia y la Santa Sede de La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como la Orden de Malta. Otros muchos países reconocen esta orden como un sujeto de derecho internacional.
Los sellos de la orden tienen un alcance limitado. El correo franqueado con las estampillas de la Soberana Orden de Malta puede enviarse a más de cincuenta países, con la condición de que se franqueen en la Oficina de Correos del Gran Magisterio, Via Bocca di Leone 68, Roma.
Las emisiones de sellos por parte del Servicio Postal del Gran Magisterio de la Orden comenzaron en 1966. Desde entonces las emisiones se han sucedido. Los sellos están dedicados sobre todo a reflejar la historia de la Orden, sus actividades humanitarias, su patrimonio artístico, etc. Anualmente se dedica una emisión a San Juan Bautista y a la Navidad.
Aproximadamente en el año 1048 mercaderes de la antigua república de Amalfi obtuvieron del Califa Husyafer de Egipto permiso para la construcción de un hospital, una iglesia y un convento para asistir a los peregrinos. El lugar fue consagrado a San Juan Bautista y la orden dedicada a la gestión del hospital toma el nombre de San Juan de Jerusalén.
En 1113 el Papa Pascual II, mediante la bula Geraudo institutori ac praeposito Hirosolimitani Xenodochii, convierte a la Orden de San Juan de Jerusalén en orden exenta de la Iglesia con derecho a elegir libremente a sus superiores. Pocos años después la Orden, en principio exclusivamente religiosa, pasó a tener también carácter militar con la misión de proteger a enfermos y peregrinos. Después de la expulsión de los cristianos de Tierra Santa, la Orden inició un peregrinaje por distintas sedes: Chipre hasta 1310; La isla de Rodas de la que fue expulsada en 1523, tras crueles combates, por el Sultán otomano Solimán; Malta territorio cedido en 1530 a la Orden por el emperador Carlos V que abandonaron siglos después (1798) tras la invasión por las tropas napoleónicas; y, finalmente Roma, donde hoy sigue instalada, disfrutando sus sedes de garantía de extraterritorialidad.


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